Diseñar una web accesible significa, en pocas palabras, diseñar una web “para todos”.
Las webs accesibles tienen por objetivo facilitar el acceso a la información a todas las personas que conforman la sociedad, incluyendo a aquellas que se ven limitadas por cualquier tipo de diversidad funcional.
Cuando lanzamos un sitio web, la intención es que éste pueda ser visitado y utilizado de forma satisfactoria por el mayor número posible de personas; y es precisamente a través de la accesibilidad web cuando una web se convierte en herramienta para cumplir dicha responsabilidad social.
Para que una web sea accesible es imprescindible la aplicación de estándares que garanticen el uso de un producto o servicio en cualquier parte del mundo. Así, cuando creamos una web teniendo en cuenta la integración de la accesibilidad y el uso de estándares estamos mejorando notablemente la calidad de dichos desarrollos web.
Para todos aquellos diseñadores y programadores que aún no teníais claro el término, en esta frase también queda muy bien definida: “La accesibilidad debe ser una base del diseño y no un parche del proyecto y debe estar presente en todas las fases del desarrollo y posterior mantenimiento de una web.”
Y, a propósito de esto, no podemos olvidar a las personas que se encargan del mantenimiento diario de las web: gestores de contenido, community managers, etc), mediante una guía básica de accesibilidad para editores de contenidos hacen que los sitios se mantengan accesibles en el tiempo. ¿Seguís estas recomendaciones básicas?
Si todas las webs que se desarrollan cada día fueran accesibles todos encontraríamos mayor facilidad de uso y disfrute independientemente del tipo de conexión que se tenga, el navegador que se utilice, las aplicaciones con las que se cuente y en general, cualquier otro tipo de diversidad funcional que pudiese existir.
