Todas las páginas web necesitan al menos un lavado de cara en su ciclo de vida. También tu sitio web tendrá que ser rediseñado debido a la naturaleza cambiante del negocio, o bien a cuestiones puramente estéticas.
Como el rediseño de una web puede ser una tarea de envergadura, hemos creado una lista de consejos útiles para tener en cuenta a la hora de abordarlo.
1# ¿Por qué un rediseño?
Es el punto más complejo, pero fundamental:
• ¿No estás satisfecho con la manera en que funciona la web?
• ¿Quieres mejorar su diseño?
• ¿Quieres mejorar el posicionamiento en buscadores y las conversiones en ventas?
• ¿Quizá el enfoque del negocio ha cambiado y sea hora de cambiar el contenido?
Antes de empezar haz una lista detallada de lo que deseas lograr. Esto te guiará a lo largo del proceso ayudándote a conseguir tu objetivo final.
2# ¿Qué tipo de rediseño necesitas?
Dependiendo de tus necesidades y presupuesto una revisión profunda puede ser excesiva, o puede ser la solución más rentable a largo plazo. Detente a pensar en tus necesidades futuras y consulta con nosotros para encontrar el equilibrio más adecuado.
3# ¿Qué es lo que funciona y no funciona actualmente?
Puede que el contenido sea demasiado detallado o que la página de ventas no sea fácil de usar. Por otra parte, es probable que el blog beneficie tu imagen y atraiga mucho tráfico a la web. Algunos elementos deberán mantenerse (posiblemente con un cambio de imagen), y otros tendrán que desaparecer.
Divide tu sitio en componentes clave, compáralos con los objetivos del punto 1 y, si algo no encaja, ¡quítalo!
4# ¿Cómo se está usando tu sitio web?
Esto te ayudará a identificar las áreas de contenido problemáticas. Estudia las estadísticas de tráfico de la web: identifica las principales páginas de entrada y de salida, cuantifica las conversiones en ventas, revisa las palabras clave para los buscadores. Este ejercicio te ayudará a entender cómo encuentran los visitantes tu página y qué hacen durante sus visitas. Fíjate también en las resoluciones de pantalla y en los navegadores que utilizan tus usuarios, pues puede que necesites una versión para móvil de tu sitio.
5# ¿Ha cambiado la imagen corporativa de tu empresa?
Todo cambio debe reflejarse en tu página web, incluso si los cambios sólo son visuales.
Actualiza tus logotipos y plantéate una revisión del color corporativo si la imagen o la filosofía de tu empresa han cambiado. Tu sitio web suele ser la primera impresión que los usuarios reciben de tu negocio y debe evolucionar con tu identidad de marca.
6# ¿Cuándo y cómo deberías lanzar tu rediseño?
El lanzamiento puede tener un gran impacto en el tráfico y la generación de rumores acerca de tu nuevo sitio y tu producto o servicio.
Tal vez sólo estés haciendo mejoras y quieras incorporar los cambios en el tiempo sin avisar, mejorando el rendimiento y la experiencia de usuario.
Por otra parte, una gran relanzamiento en torno a las vacaciones o al comienzo de una gran promoción o coincidiendo con cambios importantes en tu negocio, puede atraer tráfico y generar interés.
7# ¿Cómo puedo suavizar el cambio?
El cambio puede intimidar a los usuarios. Si tienes muchos visitantes recurrentes, un cambio repentino en el aspecto y la función del sitio puede ser disuasorio. Tampoco quieres que demasiado cambio afecte al posicionamiento de tu web en buscadores destruyendo enlaces de otros sitios que puedes haber ido acumulando con los años.
Trata de mantener los elementos principales de tu sitio (como la navegación principal y la cabecera). El resto debe ser una evolución del sitio actual en lugar de un reemplazo drástico. Si esto sucede, hay que ser claro y dar a los usuarios un espacio (por ejemplo en el blog) para discutir los cambios.
Para ayudar al posicionamiento en buscadores, el contenido que se ha movido debe ser redirigido con redirecciones 301. Y deben utilizarse páginas de error apropiadas: deben ser útiles y conservar la navegación de la cabecera y los metadatos, pues sirven para facilitar información útil para encontrar el contenido perdido a los visitantes.